30 septiembre 2007

Buscando la libertad interior

Hace poco mas de un año, vivía una serie de sensaciones interiores dificiles, enojos constantes, falta de tolerancia, envidias a otras personas, preocupaciones económicas, miedo al futuro, y sobre todo estrés al enfrentar mis situaciones cotidianas.

Un día, la iluminación llegó a mi vida de la forma menos esperada, sólo bastó unas palabras de una terapeuta para que me diera cuenta que esas emociones negativas yo las podía superar aceptando mi situación, teniendo confianza en la vida y cambiando mi forma de ver la realidad.

Mi falta de experiencia me hizo creer que repetir unas palabras constantemente, tomar un tratamiento de esencias líquidas y orar por las noches iba a ser la puerta de la total felicidad, donde ya no habría estrés, preocupación, inseguridad, miedos…

Le puse mucha atención a mi comportamiento, me dejé llevar por la vida, me llené de rabia cuando no podía superar algunas cosas, pero no olvidé que la felicidad estaba adelante de la sanación.

Ha pasado un año, desde que inicié con este trabajo interior, no me había dado cuenta del tiempo que había pasado, porque simplemente me dejé envolver en la vida y en su aprendizaje. Si comienzo a hacer un recuento de los hechos, me daré cuenta que he conocido mucha gente, he logrado enrutar a otras personas en su camino perdido, he visto muchas lágrimas en ojos ajenos, he escrito mas de 100 artículos, he llenado de interior de fuerzas espirituales, he conocido el amor, he reído perdiendo el control, he llorado sin razón, he sentido la esencia de la naturaleza, he platicado con los pájaros de corazón a corazón, he cambiado mi vida sin darme cuenta.

Somos muy desesperados, cuando deseamos algo, quisiéramos que los resultados fueran inmediatos, talvez de un día para otro, talvez hasta en unas horas, esta es la principal razón por la que muchas veces buscamos la solución en magos, brujos, adivinos… sin darnos cuenta que estamos creando mas dependencias.

Si supiera, cuando inicie con éste trabajo interior, que iba a pasar un año para que lograra descubrir tantas cosas dentro de mí, estoy seguro que iba a desistir e iba a buscar algo que me llevara a esto mas rápido, talvez buscando un medicamento que me hiciera subir de peso, talvez trabajando horas extras para tener mas dinero, talvez buscando algún mago que me limpiara el camino y lograra las cosas mas fácilmente…

He descubierto que, si pensamos en lo que queremos lograr, y sabemos que nos llevará días, semanas, meses o años, entonces decidimos abandonarlo y preferimos seguir en el ambiente hastío, en lugar de detenernos e iniciar con los nuevos hábitos que nos llevarán al logro de nuestros propósitos.

Querido amigo, la libertad está dentro de ti, búscalo constantemente. No te fijes en el tiempo que te llevará lograrlo, sólo fija tu atención en la satisfacción que te traerá. Talvez no sea fácil, pero vale la pena el esfuerzo. Si no vez resultados al momento, eso no es importante, lo importante es que sigas constantemente en tu esfuerzo propio que te llevará a la libertad interior.

La felicidad ya está dentro de nosotros, no necesitamos hacer grandes esfuerzos para encontrarlo ni sufrir tanto para sentirlo, pero estamos tan acostumbrados a que lo hermoso es difícil, que tendremos que hacer ese esfuerzo en un primer momento para encontrarlo, y ese fuerte esfuerzo consiste en cambiar la forma de ver la vida, cambiar esas creencias limitantes y decidirse encontrar la libertad interior.

Querido amigo, busca la libertad interior, atrévete a encontrarlo. No te fijes en el tiempo que te podría llevar, sólo evócate a lo que puedes lograr. Hay muchos hermanos que están dispuestos a ayudarte, hay mucho material que puedes encontrar, sólo necesitas creer en ti, creer en la libertad y dejar el ego a un lado para llenar tu vida de sabiduría y amor.

Querido amigo, yo creo en ti, creo que podrás lograr tu libertad interior por muy difícil que sea, sólo inicia con el corazón lleno de decisión y el alma de valor. El miedo siempre es la limitante, pero cuando se levanta la vista, se respira profundo y se decide con todo el corazón, aun con miedo, podrás romper esas barreras que te has generado y podrás superar esos bloqueos que te has creado.

Querido amigo, ¿Estás dispuesto a ser el creador de tu propio destino? ¿Estás dispuesto a llenar tu vida de satisfacciones buscando tu propia experiencia que llene tu interior de deseos de vida?

Hay un mundo que te espera.

Rafael Zárate M.

Si deseas ser libre, tómate todo tu tiempo, ve despacio. Día Tras día, piedra sobre piedra, construye lento tu secreto juramento. Día tras día verás tu propio crecimiento (San Francisco de Asis).

15 septiembre 2007

El poder de la Oración

Cuando hablamos de oración, generalmente lo asociamos con Dios, con espiritualidad, con pedir algo, con cerrar los ojos y entregarse a un ser supremo… la oración la asociamos con muchos conceptos. Todos los conceptos tienen una verdad, sin embargo, muchas veces oramos sin que de resultado, cuando esto sucede, nos desanimamos y optamos por dejar de orar y damos una razón “¿para que? Si de todos modos no pasa nada, solo pierdo el tiempo”.

Desde que éramos pequeños nos enseñaron a orar, nos enseñaron a hablar con un Dios como un ser externo a nosotros, como una persona de un máximo rango al que deberíamos temer porque podríamos ser castigados.

Cuando comenzamos a tener uso de razón, nos quedamos con la imagen de que había un ser superior capaz de castigarnos, darnos la vida y la muerte, vigilarnos para que fuéramos conducidos por el “buen” camino. Y creamos una línea imaginaria entre Dios y nosotros, donde, de aquel lado está Dios y de éste lado estamos nosotros.

Los vínculos se pierden mas, cuando le pedimos a Dios deseos, y estos no son cumplidos. Es cuando creemos que no hay Dios, que no somos dignos de su amor, que hemos sido tan pecadores que no somos escuchados, o que simplemente Él no quiere darnos lo que necesitamos.

Cuando éramos pequeños, éramos dependientes de nuestros padres, no podíamos tener lo que necesitábamos si no fuera mediante ellos. Nosotros solamente tomábamos lo que ellos nos proporcionaban. Ahora, siendo mayores, somos los que damos, ahora son los pequeños los que toman de nosotros. Sin embargo, debido a la ruptura del vínculo con Dios, seguimos creyendo que es Él quien debe darnos por toda la vida, nos sentimos como seres separados, nos seguimos sintiendo como los pequeños que seguirán recibiendo de su mano todo lo que necesitamos; la desilusión viene después, cuando hablamos y no somos escuchados, pedimos y no recibimos.

Es probable que hayas pedido algo a Dios y se te ha concedido, es cuando podemos dar Gracias a sus bondades y podemos decir que Dios si está con nosotros, pues nos ha dado muestra de su bondad. Pero, ¿Por qué somos ignorados tantas veces? ¿Por qué muchas veces nuestra oración no tiene el poder que nosotros esperamos? Pienso que la respuesta rige principalmente porque nos sentimos separados a Dios, seguimos creyendo que entre Él y nosotros hay un gran abismo, y sólo pidiendo con palabras adecuadas recibiremos todo lo que queramos.

Posiblemente hemos olvidado que tenemos una unión con Dios, posiblemente ya hemos olvidado que Dios vive en nosotros y juntos le damos vida a nuestra realidad. Somos una parte de Dios, y aunque estamos separados físicamente seguimos unidos en nuestro Interior.

¿Cuántas veces hemos pedido en oración algo a Dios, mientras nosotros seguimos sentados esperando su bondad? ¿Cuántas veces leemos una oración y por más que nos concentremos no logramos lo que deseamos? ¿Cuántas desilusiones divinas hemos tenido?

Muchas veces nos han dicho que la oración la debemos hacer con Fe, extraída desde el fondo de nuestro corazón. ¿Porqué hacer una oración desde el fondo de nuestro corazón? Porque Dios vive en el fondo de nuestro corazón.

Si estoy seguro que Dios y yo formamos “uno mismo”, entonces estoy seguro que seré escuchado cuando hable desde el fondo de mi corazón. Puedo leer una oración escrita por una persona conocida o desconocida, pero si la leo como un poema, estaré recitando un verso en lugar de hacer una oración. Si deseo que se me cumpla un propósito, y confío en Dios que se logrará, mientras espero sentado su solución, entonces seguiré pensando que Dios y yo somos personas separadas, por lo que el logro de los propósitos se alejará.
El poder de la oración es infinito, cuando nos integramos al cumplimiento de los deseos. Pedir en Oración nuestros deseos debe estar acompañado de la acción. Debo iniciar mi oración sabiendo que estoy unido a Dios, por lo tanto, “pido y me levanto a buscarlo”, siendo ésta la forma responsable de buscar la superación.
Si alguien me hace un daño y le pido de Dios que lo perdone, entonces sigo pensando que Dios y yo somos seres separados. Si alguien me hace daño y asumo la responsabilidad de perdonarlo desde el fondo de mi corazón entonces estoy creando la comunión con Dios y yo.

El Poder de la Oración es infinito, cuando integramos a Dios en nuestra vida y nos convertimos en uno mismo. La Oración es sólo palabras cuando creemos que no somos parte de Dios, la Oración crea Poder cuando nosotros le damos el poder desde el fondo de nuestro corazón.

Ejercicio. En un lugar muy tranquilo, cierra los ojos, y siente a Dios en el fondo de tu corazón. siente la tranquilidad del amor de Dios, intégrate a su amor, y escucha su voz lleno de paz, calma y felicidad. Crea una unión con Dios. Aquí inicia el amor.

Recuerda, el Poder de la oración es infinita, cuando nos integramos al cumplimiento de los deseos.

01 septiembre 2007

Actuar por convicción

Aprender a actuar por convicción es un gran reto. Aprender a actuar por convicción es una forma de lograr la libertad interior a través de la libertad de acción.

Algunas veces, creemos que somos libres, sólo porque actuamos como lo recomienda un libro, una ley, consejos de padres o abuelos, la religión, alguna filosofía, los jefes laborales o cualquier otro medio externo.

Hay muchos medios para lograr el aprendizaje, a través de la experiencia de otros. Hay una forma de lograr la madurez, a través de la propia vivencia. Y hay una forma de actuar por convicción, analizando el pensamiento de otros y reflexionando si aplica a mi persona o no.

Cuando éramos pequeños, teníamos que obedecer a los mayores (padres), creer todo lo que nos decían como únicas leyes y aceptar sus decisiones.

Cuando íbamos en la escuela, teníamos que obedecer las reglas escolares para evitar regaños, calificaciones bajas y baja autoestima. Tuvimos que aprender ha dibujar las rosas rojas con tallos verdes, elefantes grises y tigres pintos, cuando queríamos hacer rosas negras con tallos amarillos, elefantes azules y tigres rojos, tuvimos que aprender a dibujar como otros nos decían.

Cuando tuvimos la oportunidad de decidir la carrera que íbamos a estudiar, tuvimos que escuchar los consejos de los mayores que nos decían: Recuerda que debes elegir una carrera que tenga futuro, que puedas sacarle provecho y te deje dinero.

Cuando tuvimos la oportunidad de elegir a una pareja, tuvimos a los padres que nos recomendaban las características: Debe ser trabajador, honesto, responsable, con suficiente solventés económica… (Cuando se busca un hombre), o debe ser hogareña, sumisa, dedicada al hogar, buena madre y que sea capaz de comprender a los suegros… (Cuando se busca una mujer).

Al comprar o elegir algo, escuchamos comentarios positivos y negativos, comentarios que talvez buscan nuestro bienestar pero nos llena de confusión.

Nuestro presente es de mucha indecisión y de inseguridad. Buscamos medios para lograr la seguridad, talvez pensamientos de otros, libros, la religión, consejos de los mayores o aprendizajes del pasado.

Algún pensamiento o un buen juego de palabras, muchas veces suenan en nuestra mente como una ley o una expresión sabia, aunque no siempre sea así.

Muchas veces, la religión nos dice leyes de vida, consejos o forma de actuar, pero antes de analizarlo y conocer que tan benéfico es para nosotros, lo creemos y lo tomamos como leyes a realizar. Muchos consejos religiosos son consejos que ayudan a nuestro interior, pero cuando lo creemos sin analizarlos, nos pueden hacer mucho daño pues llevamos a cabo los consejos desde un plano mental y, omitimos la reflexión personal y el beneficio interior.

Actuar por convicción es un reto interior, es una forma de dejar la influencia de otros, y dedicarse a los pensamientos propios. Actuar por convicción es dibujar una flor gris con tallos rojos, es dibujar un elefante azul con orejas rosas. Es crear nuestras propias fantasías sin interesar las críticas de los demás. Es crear nuestros propios sueños y llevarlos a cabo sin oír los consejos negativos de otros.

Cuando actuamos por convicción, lo que nos proponemos hacer, ya sean hábitos positivos, creación de nuevos pensamientos o nueva forma de actuar, sabemos que eso nos trae beneficios y buscamos el logro con gusto, sin interesar si los demás cambian de hábitos o de pensamientos.

En la iglesia de Rocío le enseñaron a ayudar a los demás y estar al tanto del prójimo. Ella lleva a cabo este mandato, sin embargo ve cómo mucha gente no ayuda a su prójimo y le molesta tanto, que algunas veces tiene que decirles que sean hermanos unos a otros.

Cuando hacemos algo por recomendación de otros, y no analizamos el beneficio interior, nos convertimos en robots de acción, luchando por lograr lo que otros nos dicen, la lucha se vuelve constante y algunas veces hasta molesta, es cuando podemos detectar que estamos haciendo algo sólo porque lo escuchamos, se escucha bonito, o nos da estatus social. Y cuando vemos que otras personas ignoran estas recomendaciones nos molesta, nos convertimos intolerantes, y muchas veces hasta criticamos.

Cuando hacemos las cosas por convicción propia, sabemos que esto nos traerá beneficios, y nos deja de interesar si otros lo llevan a cabo o no. Cuando actuamos por convicción, sabemos que lo que, hacemos es bueno para nosotros, por lo que no nos afecta si los demás lo llevan a cabo o no. Si eres una persona ordenada a sabiendas que este buen hábito te trae beneficios personales, si conoces a otras personas desordenadas, no te afectarán.

Actuar por convicción, es una forma de buscar la seguridad en cada uno de nuestros actos. Sabemos que si no elegimos la mejor decisión, estamos logrando la madurez en cada equivocación, y constantemente estamos siendo nosotros mismos. Sabemos que los pensamientos de otros son sólo eso “pensamientos de otros”, y lo atraemos como nuestros cuando ya lo analizamos y sabemos que nos ayudará a ser mejor personas.

Aprende a ser tu mismo, a tomar tus propias decisiones, a tener tus propios pensamientos, a dejar la culpa provocada por aprendizajes de la niñez, y a dedicarte a crear tus propios pensamientos y tu propia forma de enfrentar la vida. Escucha los consejos de otros, los conocimientos de otros, analízalos, y antes de adoptarlos, piensa porqué lo tomarás.

Tienes toda una vida para aprender, toda una vida para cometer errores, toda una vida para tener caídas y volverte a levantar.


Tienes toda una vida para disfrutarla aprendiendo a actuar por propia convicción.