25 marzo 2007

Conocer la oscuridad

Desde el momento que nacimos (posiblemente mucho antes), se nos otorgó una misión en el mundo, y se nos otorgó los elementos necesarios para lograrlo, se nos otorgó una familia con quien convivir, amigos, vecinos, materiales, conocimientos… y todo lo necesario para lograrlo.
Llegamos a la vida, y desde el primer momento comenzamos con el aprendizaje, toda la vida es aprendizaje constante, toda la vida son llantos, son emociones de alegría, son preocupaciones, son momentos de felicidad… toda nuestra vida estará llena de emociones negativas y positivas.
La misión de vida está en cada acto que realizamos, en cada gusto que tenemos, en cada palabra que decimos, en cada aprendizaje que tenemos…
Te preguntarás, ¿Cómo puedo estar viviendo mi misión en un ambiente hostil que me tocó vivir, cuando las personas que me rodean son personas negativas donde no puedo aprender nada, cuando en el mundo cada vez hay mas odio, guerras, inseguridad…?
Si viviéramos las 24 horas del día en la luz, no atesoráramos el sol, pensaríamos que es su deber estar con nosotros, sin embargo, conocer la oscuridad nos da la oportunidad de alegrarnos al ver nuevamente el sol. Conocer el día y la noche nos da la oportunidad de conocer un milagro de la vida.
Así mismo, en la vida tenemos que conocer cada sentimiento negativo, tenemos que vivirlo, tenemos que sufrirlo, tenemos que llorarlo, para que podamos contarlo en que consiste, para que podamos reconocerlo en otras personas, y sobre todo, para que podamos comprenderlo a otras personas.
Cuando conozcamos cada sentimiento negativo, también la vida nos otorgará los elementos necesarios para superarlo, llegará un momento en nuestra vida que ese sentimiento negativo nos comenzará a afectar, y será cuando decidamos buscar los medios para sanar. Es cuando queramos ver nuevamente la luz del día por lo cansados que estamos de vivir en la oscuridad.

Regresar a la luz depende de nosotros, de lo decididos que estemos, del empeño que le pongamos a nuestro bienestar. Llegará un momento en nuestra vida donde nos daremos cuenta del daño que nos hacemos por cada reacción negativa (cosa que no lo habíamos sentido antes), pero vivir por muchos años con los sentimientos negativos (vergüenza, miedo, culpa, rencor, enojo, estrés, …) hace que nos acostumbremos y no permitamos que salga de nosotros. Nos da miedo el cambio, nos da miedo la felicidad, nos da miedo la paz, y decidimos continuar en la vida hostil inventando problemas, buscando problemas donde no hay, creando fantasías negativas, provocando actos que sigan lastimando nuestro corazón. Generalmente, es cuando decidimos recurrir a la adicción, al enojo, al estrés…

Reflexión
En tu situación actual, ¿estás dispuesto a liberar los sentimientos negativos? ¿estás dispuesto a olvidarte del mundo y dedicarte a ti?

Te invito, a que te des la oportunidad de ver nuevamente la luz y la aceptes en un constante aprendizaje en tu vida cotidiana.



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