Aprender a actuar por convicción es un gran reto. Aprender a actuar por convicción es una forma de lograr la libertad interior a través de la libertad de acción.
Algunas veces, creemos que somos libres, sólo porque actuamos como lo recomienda un libro, una ley, consejos de padres o abuelos, la religión, alguna filosofía, los jefes laborales o cualquier otro medio externo.
Hay muchos medios para lograr el aprendizaje, a través de la experiencia de otros. Hay una forma de lograr la madurez, a través de la propia vivencia. Y hay una forma de actuar por convicción, analizando el pensamiento de otros y reflexionando si aplica a mi persona o no.
Cuando éramos pequeños, teníamos que obedecer a los mayores (padres), creer todo lo que nos decían como únicas leyes y aceptar sus decisiones.
Cuando íbamos en la escuela, teníamos que obedecer las reglas escolares para evitar regaños, calificaciones bajas y baja autoestima. Tuvimos que aprender ha dibujar las rosas rojas con tallos verdes, elefantes grises y tigres pintos, cuando queríamos hacer rosas negras con tallos amarillos, elefantes azules y tigres rojos, tuvimos que aprender a dibujar como otros nos decían.
Cuando tuvimos la oportunidad de decidir la carrera que íbamos a estudiar, tuvimos que escuchar los consejos de los mayores que nos decían: Recuerda que debes elegir una carrera que tenga futuro, que puedas sacarle provecho y te deje dinero.
Cuando tuvimos la oportunidad de elegir a una pareja, tuvimos a los padres que nos recomendaban las características: Debe ser trabajador, honesto, responsable, con suficiente solventés económica… (Cuando se busca un hombre), o debe ser hogareña, sumisa, dedicada al hogar, buena madre y que sea capaz de comprender a los suegros… (Cuando se busca una mujer).
Al comprar o elegir algo, escuchamos comentarios positivos y negativos, comentarios que talvez buscan nuestro bienestar pero nos llena de confusión.
Nuestro presente es de mucha indecisión y de inseguridad. Buscamos medios para lograr la seguridad, talvez pensamientos de otros, libros, la religión, consejos de los mayores o aprendizajes del pasado.
Algún pensamiento o un buen juego de palabras, muchas veces suenan en nuestra mente como una ley o una expresión sabia, aunque no siempre sea así.
Muchas veces, la religión nos dice leyes de vida, consejos o forma de actuar, pero antes de analizarlo y conocer que tan benéfico es para nosotros, lo creemos y lo tomamos como leyes a realizar. Muchos consejos religiosos son consejos que ayudan a nuestro interior, pero cuando lo creemos sin analizarlos, nos pueden hacer mucho daño pues llevamos a cabo los consejos desde un plano mental y, omitimos la reflexión personal y el beneficio interior.
Actuar por convicción es un reto interior, es una forma de dejar la influencia de otros, y dedicarse a los pensamientos propios. Actuar por convicción es dibujar una flor gris con tallos rojos, es dibujar un elefante azul con orejas rosas. Es crear nuestras propias fantasías sin interesar las críticas de los demás. Es crear nuestros propios sueños y llevarlos a cabo sin oír los consejos negativos de otros.
Cuando actuamos por convicción, lo que nos proponemos hacer, ya sean hábitos positivos, creación de nuevos pensamientos o nueva forma de actuar, sabemos que eso nos trae beneficios y buscamos el logro con gusto, sin interesar si los demás cambian de hábitos o de pensamientos.
En la iglesia de Rocío le enseñaron a ayudar a los demás y estar al tanto del prójimo. Ella lleva a cabo este mandato, sin embargo ve cómo mucha gente no ayuda a su prójimo y le molesta tanto, que algunas veces tiene que decirles que sean hermanos unos a otros.
Cuando hacemos algo por recomendación de otros, y no analizamos el beneficio interior, nos convertimos en robots de acción, luchando por lograr lo que otros nos dicen, la lucha se vuelve constante y algunas veces hasta molesta, es cuando podemos detectar que estamos haciendo algo sólo porque lo escuchamos, se escucha bonito, o nos da estatus social. Y cuando vemos que otras personas ignoran estas recomendaciones nos molesta, nos convertimos intolerantes, y muchas veces hasta criticamos.
Cuando hacemos las cosas por convicción propia, sabemos que esto nos traerá beneficios, y nos deja de interesar si otros lo llevan a cabo o no. Cuando actuamos por convicción, sabemos que lo que, hacemos es bueno para nosotros, por lo que no nos afecta si los demás lo llevan a cabo o no. Si eres una persona ordenada a sabiendas que este buen hábito te trae beneficios personales, si conoces a otras personas desordenadas, no te afectarán.
Actuar por convicción, es una forma de buscar la seguridad en cada uno de nuestros actos. Sabemos que si no elegimos la mejor decisión, estamos logrando la madurez en cada equivocación, y constantemente estamos siendo nosotros mismos. Sabemos que los pensamientos de otros son sólo eso “pensamientos de otros”, y lo atraemos como nuestros cuando ya lo analizamos y sabemos que nos ayudará a ser mejor personas.
Aprende a ser tu mismo, a tomar tus propias decisiones, a tener tus propios pensamientos, a dejar la culpa provocada por aprendizajes de la niñez, y a dedicarte a crear tus propios pensamientos y tu propia forma de enfrentar la vida. Escucha los consejos de otros, los conocimientos de otros, analízalos, y antes de adoptarlos, piensa porqué lo tomarás.
Tienes toda una vida para aprender, toda una vida para cometer errores, toda una vida para tener caídas y volverte a levantar.
Tienes toda una vida para disfrutarla aprendiendo a actuar por propia convicción.
01 septiembre 2007
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3 comentarios:
Me parece bien que tomemos nuestra propia forma de ver las cosas una mirada que contemple lo que se ve en el mundo tal como lo vemos nosotros mismos, y no lo que nos dijeron que debíamos ver, pero lo que más vale es descubrir el interior. Viajar hasta el origen de nuestro ser, y descubrir en lo interno quienes somos, y obrar desde allí, con respeto y con amor, desde nuestra propia esencia. Coincido totalmente.
Gracias por compartir.
Un abrazo!
Lidia
Aprender por nosotros mismos,de nuestros errores y aciertos, ser fiel a nuestros principios y dejarnos llevar por nuestra convicción...
Saludos, un gran texto
Hola, muy interesante el post, muchos saludos desde Chile!
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